La sobrecualificación es uno
de los grandes problemas del paro juvenil
Según un estudio de Bankia y el Instituto de la
Empresa Familiar, uno de los grandes problemas de paro juvenil es la
sobrecualificación de los jóvenes en el sector Servicios y la baja calidad y la
escasa oferta de la Formación Profesional en España. La suma de ambos factores
es el motivo para que el mercado de trabajo no tenga la capacidad para absorber
a la cantidad de jóvenes con estudios superiores, lo que se traduce en una
ineficiencia del sistema y de recursos económicos.
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Art. 40.2 CE.
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RDL 3/2015, de 23 de octubre, por el que se aprueba el
texto refundido de la Ley de Empleo, en sus artículos: 1, 4, 5, 10, y en
concreto 10.4.a y 10.4.b.
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Ley 30/2015, de 9 de septiembre, por la que se regula
el Sistema de Formación Profesional para el empleo en el ámbito laboral.
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RD 694/2017, de 3 de julio, por el que se desarrolla la
Ley 30/2015, de 9 de septiembre, por la que se regula el Sistema de Formación
Profesional para el Empelo en el ámbito laboral.
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Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación.
En una entrevista de trabajo, una
sobrecualificación puede producir dos efectos: que se descarte a la candidata,
o candidato, porque no va a ser remunerado en función a su formación; o bien
que se contrate para labores inferiores a su nivel de formación, con el
correspondiente nivel de salario.
Se trata de una inversión en forma de tiempo,
dinero y esfuerzo ineficiente, porque dicha formación adquirida no se ajusta a
lo que el mercado de trabajo demanda. A esto podemos sumar la bajísima
capacidad práctica con la que cuentan los alumnos recién graduados en algún
estudio universitario, lo que deja en una clara evidencia la vertiente práctica
del Plan Bolonia para las universidades. Consecuencia directa de este déficit
es la cada vez más necesidad de que el alumno posea un máster, lo que se
traduce en más inversión de tiempo, esfuerzo y dinero, sin que se traduzca en
un incremento en las garantías de encontrar un trabajo.
Sin lugar a dudas, la formación profesional y la
formación universitaria son dos pilares fundamentales para acceder al mercado
de trabajo, pero como se está comprobando, se desarrollan de forma ineficiente
porque el alumno sale con conocimientos pero sin habilidades.
Sería necesaria una colaboración más estrecha entre
las empresas, los trabajadores y el legislador, para que la política de empleo,
y por tanto la política de formación, moldee unos planes de estudios que tengan
garantías de éxito una vez cursado el estudio.
JOSÉ MORENO BARROSO (DE)
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