LA EMANCIPACIÓN DE LOS ESPAÑOLES A LOS 29 AÑOS SE ALEJA DE LA MEDIA EUROPEA

España se queda en el quinto peor lugar de la UE en el indicador de desarrollo juvenil.

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RESUMEN
La edad de emancipación de los jóvenes españoles ya ha alcanzado los 29 años. Al contrario que la mayoría de países de la UE, España ha visto, una vez más, incrementada la edad de emancipación. El principal indicador, directamente responsable de esta tendencia, es el empleo. España, cuyos jóvenes entre 25 y 29 años que se emancipan son el 38%, está sólo por delante de Grecia, Bulgaria, Italia y Rumanía. La otra cara de la moneda la representan Dinamarca, con un 95,5% de jóvenes emancipados entre 25 y 29 años, o Francia con el 81%.

Pese a la recuperación económica, la tasa de empleo es del 34,5% frente al 48,2% de la media europea, siendo un 56,4% los contratos temporales, con la precariedad que ello supone.

CLAVES JURÍDICO LABORALES
-R.D.L. 3/2015, de 23 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Empleo.
-Políticas activas de empleo.

OPINIÓN PERSONAL
Una valoración subjetiva: tengo el convencimiento de que la inmensa mayoría del 62% restante de jóvenes que no están aun emancipados, quieren hacerlo. Y puede que el anhelo sea mayor incluso en los familiares ascendientes de estos.

Es un indicador irrefutable de que las políticas activas, como responsable principal, y demás factores como la cultura, la formación o la economía, no están funcionando como debieran, y mucho menos todas al unísono.

Empezando por la cultura, la aplicación de la ley del mínimo esfuerzo (en el mejor de los casos); impedimentos donde que el que quiere formarse no puede; ideas preconcebidas familiares donde se tenga en un pedestal que la meta es cobrar prestaciones (cuando en realidad, una prestación debe entenderse como un "salvavidas"). Y parece que la clave del éxito es tener un buen afilador de lenguas y un buen suministrador de hormonas del crecimiento (MHyV y demás basuras tan de moda).

Si seguimos con la formación, el coste de la misma representa en muchos casos un verdadero impedimento, y más aun cuando hablamos de algo tan necesario como estudios post-obligatorios. También, y aunque en menor medida (afortunadamente), la labor de algunos docentes deja mucho que desear, marcando a veces el destino del estudiante.

Y qué decir de la economía. Se ha visto cómo una pésima gestión de la misma ha catapultado las tasas de paro, teniendo muchísimas familias que elegir entre calentarse en invierno o comer.

La aplicación por sí sola de políticas activas eficaces de empleo no surtiría efecto, o al menos no todo el efecto deseado, si el resto de factores que intervienen en la misma no ayudan a la consecución común, que, a fin de cuentas, es mejorar la calidad de vida y el bienestar social.

José Moreno Barroso

(DE)