ENLACE
RESUMEN
Daniel cuando trabajaba
de camarero, se topó por primera vez con el estigma social, ese obstáculo
adicional en la vida cotidiana de los pacientes seropositivos. En cuanto él
comunicó su enfermedad a su jefa, esta le echó de un día para otro.
Este es el primer caso
en España en el que una empresa reconoce la vulneración de derechos por motivo
del VIH, asegura Juan Silvestre, portavoz de una asociación madrileña
especializada en ayudar a enfermos de VIH.
COMENTARIO
CRÍTICO
Para comenzar la
reflexión hay que puntualizar que SIDA no es lo mismo que VIH y se transmite a
través de contacto de sangre con sangre, es decir, si tocas con tu piel intacta
la sangre de una persona infectada no te vas a contagiar y si de manera
hipotética se cae una gota de sangre en la comida o bebida que te haya servido,
tampoco. Por tanto, Daniel no debe informar a su jefa de que se encuentra
infectado (como bien ha dicho ella), porque en muchas ocasiones estas personas
desconocen de su enfermedad.
En caso de que sepa que
tiene VIH como es el caso, tampoco tiene porque informar de nada, ya que un
trabajador solo debe de informar a su jefe de aquella información que pueda
afectar en el trabajo. Si tiene VIH, pero su enfermedad no afecta a su trabajo,
tiene ninguna obligación de comunicárselo a su jefa.
FRANCISCO JAVIER
LÓPEZ LÓPEZ (DTA)
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