ENLACE
Resumen:
Desde 2012 hasta febrero de 2018, la lucha contra el fraude a la Seguridad Social ha conseguido que afloren 519.056 empleos irregulares. Además, se han detectado 7.029 empresas ficticias, sin actividad real, creadas con el único objetivo de facilitar el acceso indebido a prestaciones. Y se ha logrado la conversión de 359.122 contratos indebidamente temporales en indefinidos. El impacto económico de todas estas actuaciones se sitúa en los 21.198 millones de euros.
Claves jurídicas:
Artículo 41 de La Constitución.
Real Decreto Legislativo 8/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social
Ley 23/2015, de 21 de julio, Ordenadora del Sistema de Inspección de Trabajo y Seguridad Social.
Valoración personal:
El estado de bienestar que garantiza el artículo 41 de La Constitución no es gratis. Implica que los sujetos obligados cumplan sus deberes para con la Seguridad Social. La Seguridad Social cuenta con mecanismos para el sustento del estado de bienestar. Pero de poco servirían si dichos mecanismos no tuvieran una vertiente coercitiva. Y es aquí donde entra en juego la importante e imprescindible función de la Inspección de Trabajo de la Seguridad Social, como garante del cumplimiento bajo coacción. A diferencia de otros países, en España existe, encubierta de algún modo, una especie de subcultura de usar como balón de fútbol el Estatuto de los Trabajadores, con el único ánimo del lucro. Es necesario añadir que un gran número de irregularidades detectadas son debido a la de por sí gran carga impositiva que hace que numerosos negocios tengan que recurrir al fraude para salir adelante, cometiendo el error y la ilegalidad de acomodarse en él cuando ya han pasado el bache. Al margen de estos casos, la realidad es que dicha subcultura existe, y sólo puede ser combatida principalmente desde los cuerpos inspectores de dos grandes administraciones públicas, como son la Seguridad Social y la Agencia Tributaria. Los datos de la noticia parecen imponentes, pero no dejan de ser escasos. Sinceramente, ¿quién no conoce a alguna empresa, desde la típica tiendecita de barrio hasta una gran superficie, o al incapacitado absoluto, o al perceptor de prestación por desempleo, que no está defraudando de algún modo? En estas fiestas de Semana Santa, ¿cuantísimos puestos de trabajo se han creado con fraude de ley? La respuesta es muchos, y todos conocemos casos. Casos de contrataciones de camareros a jornada parcial, pero que entran en el bar a las 4 de la tarde y no salen hasta las 4 de la noche, con la consiguiente pérdida de cotizaciones y el atentado a los derechos del trabajador, por poner un ejemplo. El cuerpo de inspectores es muy pequeño, demasiado. Están saturados y no llegan a donde, como mínimo, deberían llegar.
José Moreno Barroso (DE)
No hay comentarios:
Publicar un comentario